Estos
dos edificios, recogidos, conformados en sí mismos, creando su propio espacio,
son ejemplos de vivienda social, de vida en comunidad donde los espacios
colectivos adquieren una especial importancia, al tiempo que se preserva la
iluminación, aireación y soleamiento manteniendo el contacto con el exterior.
Robin Hood Gardens
Este
controvertido edificio diseñado por los arquitectos Alison y Peter Smithson a
finales de los 60 y que se terminó en 1972, fue
defendido como una reinvención de la vivienda social y se concibió dentro del
debate sobre la vivienda colectiva generado por edificios como las Unité d' Habitation de Le Corbusier. El proyecto se llevó a cabo en
una zona del este de Londres y la idea consistió en la construcción de un
conjunto residencial que ocupa aproximadamente dos hectáreas. La estructura de
los edificios está realizada con hierro y recubierta con elementos
prefabricados de hormigón armado.
Está
formado por dos largos y enormes bloques, uno enfrente del otro, que flanquean
una zona verde central obtenida a partir del relleno de los escombros de la
obra y en cuya cabeza se sitúa la vía de mayor tráfico. De este modo los
edificios ejercen un efecto barrera que protege el gran espacio interior, ya
que el terreno donde fueron construidos está expuesto al tráfico por tres de
sus laterales. Las fachadas externas dan a las calles de la ciudad y están
precedidas por un jardín. Una de las características del proyecto fue el acceso
a las viviendas a través de largos y amplios corredores exteriores ubicados en
altura, excluyendo rígidamente la circulación de vehículos en toda el área del
complejo. Estas “calles en el cielo” son el vínculo que propicia las relaciones
sociales vecinales.
Uno
de los bloques tiene diez plantas y el otro siete, reuniendo un total de 213
apartamentos que rodean la zona central ajardinada, algunos son de una planta,
otros dúplex. En los departamentos los dormitorios y las cocinas-comedor se
encuentran hacia el interior verde, alejados del ruido, quedando las pasarelas
de acceso y las salas de estar del lado más cercano al ruido de la calle.
Cada
tres plantas se abren amplios balcones que fueron diseñados con la idea de que
sirvieran para juego de los niños y reuniones vecinales, como calles
tradicionales, así como la amplia zona verde, surcada por calles, plazas y
espacios comunitarios, protegida del bullicio del exterior, donde se puede
realizar vida al aire libre.
Dado
que a todas las viviendas se accede por la “calle en el cielo”, todas tienen
una planta de acceso en la que aparece un hall de entrada, una cocina y, en las
tipologías 1 y 6, una habitación adicional. A las unidades 1, 2 y 3 se accede
bajando por las escaleras y a las unidades 4, 5 y 6 subiendo por las escaleras.
En la segunda planta, las tipo 1 y 6 tienen un salón y dos habitaciones, mientras
que las 2, 3, 4 y 5 tienen el salón y tres habitaciones. A estas tipologías
cabe añadir viviendas en planta baja accesibles para los ancianos.
Walden 7
Es
un edificio
emblemático del área metropolitana de Barcelona.
El proyecto nace en 1970
y es obra del grupo multidisciplinar del Taller de Arquitectura, dirigido por Ricardo
Bofill. Influidos por Louis Kahn y Moshe Safdie, diseñan una pieza
singular y única con el aspecto monumental de icono atemporal que no se
relaciona con el entorno, sino que lo transforma y configura a partir del nuevo
edificio como nuevo centro.
Su
nombre hace referencia a los libros “Walden” de H.D. Thoreau y “Walden 2” de B. F. Skinner
en cuanto al desarrollo de nuevas formas de vivir, ya que el Taller quiere
reflejar en el edificio una nueva sociedad, una comunidad donde los espacios
colectivos adquieren una especial importancia y donde las diferentes unidades
residenciales admiten todo tipo de unidades familiares, desde estudios para solteros y parejas hasta viviendas que admiten
familias en el sentido más clásico. El proyecto
de Ciudad en el Espacio presentado por Bofill, que fracasó en Madrid, consiguió
materializarse en un solar industrial de la periferia de Barcelona,
anteriormente ocupado por una fábrica de cemento.
La
aplicación de simetrías en el Walden es constante: un módulo que se triplica, y
a partir de movimientos de traslación se obtiene una escalera de módulos, de
la que, aplicando de nuevo simetrías, resulta un arco que invertido da una U.
Si se aplica de nuevo una simetría se obtiene una X o una O, a la que aplicando
de nuevo un movimiento de traslación en planta y la simetría, se obtiene una de
las torres y uno de los patios de Walden; de este modo se va creando un paisaje
interior recreado y ficticio muy conveniente para la vida colectiva.
El
Walden está formado por 18 torres que se desplazan de su base formando una
curva y contactando con las torres contiguas. La unidad básica espacial tridimensional,
el cubo, se agrupa por superposición, yuxtaposición y desplazamiento formando
un edificio de 16 plantas de apartamentos en racimo, agrupados alrededor de
patios. La sección tipo se consigue aplicando un
movimiento de traslación de la unidad básica. Estos desplazamientos conllevan
un escalonado que se utiliza como acceso a los distintos módulos. El resultado es un laberinto vertical formado por
siete patios interiores que se comunican a todos los niveles mediante
circulaciones horizontales y verticales. En cada patio y a diferentes niveles
existe un complejo sistema de puentes, balcones y galerías de acceso. El patio
central contiene el núcleo de ascensores. De este modo, el edificio es como un
barrio que además de extenderse horizontalmente, lo hace verticalmente. La
fachada delantera tiene una forma parecida a una gran letra “M”, en cambio en
la fachada posterior se distingue una doble "O". Las viviendas,
resultantes de la unión de módulos cuadrados de 30 m2, en los que todas las
instalaciones pasan por uno de sus lados, tienen distintos tamaños: desde el
estudio de un solo módulo, hasta la vivienda de cuatro módulos, situados en
planta o en dos niveles. Las ventanas exteriores tienen una peculiar forma
semicircular, como si se pretendiera romper las líneas rectas del edificio, y
su distribución en las fachadas es irregular aunque mantiene cierta simetría.
Esta combinación de líneas rectas y circulares es constante en todo el edificio.
También se combinan los colores; el exterior es de un color rojo arcilloso,
en el interior se combina este color con un azul intenso, como en las zonas
comunes de la planta baja, los pasillos, pasarelas y las paredes de los cuatro
principales patios interiores.
Esta
organización da lugar a un complejo sistema de ambientes interiores, encerrando
espacio pero dejando grandes huecos cenitales y laterales como enormes ventanas
al paisaje urbano, de penetración de aire y sol. El edificio, independientemente
de sus indiscutibles aportaciones sociológicas y urbanas, de su valiente
carácter utópico y experimental y de representar uno de los escasos manifiestos
domésticos construidos, constituye a su vez un referente tipológico en cuanto a
edificio modular de gran riqueza espacial.
Thoreau
escribe y Skinner lo cita, ambos en el final de sus libros: "Tan sólo
sale el sol si estamos despiertos”.
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