domingo, 16 de junio de 2013

ANÁLISIS: Nagakin Capsule Tower y Viviendas en Runcorn



Los dos edificios, de extensión totalmente diferente, en el plano horizontal las viviendas de Runcorn y en el vertical la Nagakin Tower, tienen en común la utilización de módulos prefabricados. La Nagakin Capsule Tower es la única estructura existente representante del movimiento metabolista japonés y en su época fue un referente de la arquitectura High-Tech, en cuyo marco se desarrolló el proyecto de viviendas en Runcorn. El Metabolismo hacía una analogía biológica, que ponía en crisis la promesa mecanicista que plan­teaba la arquitectura moderna ortodoxa propugnada por Le Corbusier y la arquitectura High Tech implicó una revitalización del Movimiento Moderno, un desarrollo natural de las ideas precedentes pero apoyado en la innovación y la tecnología.

Nagakin Capsule Tower

Es una de las pocas obras que llevaron a la realidad los conceptos de los metabolistas japoneses, grupo de arquitectos encabezados por Kenzo Tange e influidos por las ideas y dibujos de Archigram. El edificio, situado en el barrio de Ginza (Tokio), es una torre de cápsulas de uso mixto, residencial y de oficinas, que fue diseñado en 1971 por el arquitecto japonés Kisho Kurokawa, discípulo avanzado de Tange. El Metabolismo, como una analogía biológica, era una manera de adaptar la arquitectura moderna a una nueva visión de la ciudad como un ser vivo, cambiante y variable a lo largo del tiempo. Plantearon la necesidad de un control del ser humano sobre su propio hábitat, que mediante adiciones o sustituciones debe­ría adaptarse a los deseos o circunstancias requeridas a lo largo del tiempo; insistieron en la importancia del movimiento como uno de los principales motores del diseño, aspirando a crear un espacio con estructuras vivas y modificables que permitiera funciones cambiantes. Nagakin Capsule Tower nace del concepto de la movilidad de las personas, que en Japón llega al 20 % cada año. Kurokawa defiende la idea de la impermanencia, en la que edificios y ciudades son estructuras temporales, que deben parecer tan naturales como sea posible puesto que sólo están allí de forma temporal.

 
 
El edificio se generó a partir de unidades o cápsulas con armazón metálico, ligero y recubierto con paneles de acero galvanizado, acaba­dos con pintura anticorrosiva y asbesto que garantizaba su protección al fuego, pero del que posteriormente se rebeló su peligrosidad. Las cápsulas, expresión de un proceso de prefabricación e industrialización, fueron vistas como la garantía no sólo de una reducción de costes y tiempo, sino también como elementos capaces de cambiar los sistemas constructivos, generando una combinatoria de partes que llevaban intrínsecamente asocia­das los conceptos de flexibilidad, variabilidad y sustitución de componentes. Las cápsulas se oponían a la uniformidad y preten­dían ser polivalentes e individuales.
El es­pacio interior de las cápsulas es reducido, de 2,5 x 4 x 2,5 metros, pero capaz de acoger todas las comodidades domésticas; se fabricaban en una factoría de contenedores, se tras­ladaban hasta el emplazamiento y se ensamblaban al núcleo rígido de una de las dos torres mediante cuatro remaches de alta tensión. Las torres, una de 11 pisos y la otra de 13, están interconectadas y tienen una estructura reforzada de hormigón y acero, que incluía el hueco del ascensor y el espacio de tuberías, proporcionando el equipamiento e instalaciones que recibirían las cápsulas, las cuales se pueden conectar y combinar para crear espacios más grandes. Hay ocho tipos de cápsulas en total. En total, 140 módulos prefabricados que son independientes, y, en teoría, fácilmente sustituibles sin afectar a las adyacentes. Sin embargo, la intercambiabilidad de las cápsulas resulta  difícil, ya que su apilamiento da lugar a que el sistema de tuberías se encuentre en pequeños espacios entre las cápsulas, fuera de los ejes, por lo que si se desea cambiar una cápsula se deben desmontar las de la parte superior La cápsula fue concebida para ser habitada por un tipo específico de usuario que tenía que acoplarse a ella. Con el paso del tiempo el usuario cambió y necesitó adaptar la cápsula a sus necesidades, sin que se pudiera cumplir el concepto de flexibilidad y adaptabilidad.
Otro inconveniente es que el eje central de la torre o suelo artificial, carece de áreas comunes para los usuarios. Se consideró como un núcleo cerrado de circulación, en el cual no se permitía el acceso a personas con movilidad reducida, a pesar de que existen desniveles para acceder a cada una de las cápsulas. Formalmente el edificio muestra gran plasticidad y atractivo, un equilibrio logrado por la colocación radial y escalonada de las cápsulas, consiguiendo variadas orientaciones y buena ventilación del conjunto. 


Su mayor problema es el estado de conservación, ya que el edificio ha sobrepasado la vida útil para la que fue concebido. En la actualidad, para convertir la Nagakin Capsule Tower en un edificio funcional de acuerdo a la demanda de los usuarios tendría que producirse un cambio de cápsulas por otras en las que se pudieran realizar múltiples actividades familiares. Con un buen estudio se podría mantener la misma concepción de cápsulas, tal como fueron diseñadas en principio, sin embargo, en la actualidad prima el interés económico. Surgen diversas cuestiones: ¿Por qué tenemos que conservar un edificio? ¿Cuáles son las dificultades de preservación? ¿La demolición es una tragedia o un fenómeno natural para la arquitectura moderna?



Viviendas en Runcorn

El Southgate Estate fue un proyecto de vivienda pública situado en Runcorn New Town (Cheshire , Inglaterra), entre Liverpool y Manchester. La finca, que se terminó en 1977, fue diseñada por el arquitecto británico James Stirling y posteriormente fue demolida entre 1990 y 1992.
La obra surge de la modificación del proyecto previo, cuando se le exigió cambiar la tipología de apartamentos a viviendas unifamiliares con jardín. En esta segunda fase, el resultado fue una extensa construcción de 250 viviendas, con jardín delantero y alturas entre dos o tres plantas, con apariencia totalmente prefabricada, dispuestas en torno a unas plazas interiores ajardinadas conformadas por un sistema cuadriculado de viarios, que en ocasiones incluyen parques infantiles. En una tercera fase, en cambio, las viviendas constan de terraza y los patios pasan a ser jardines comunitarios mucho más recluidos. Las viviendas están construidas con paneles de poliestireno reforzado con vidrio, dispuesto en franjas verticales, creando un contraste cromático. Las fachadas traseras de plástico corrugado están interrumpidas por las instalaciones que ascienden o cruzan las hileras de las casas. En la tercera fase se usó estructuras metálicas de sostén al espacio entre las terrazas contiguas para soportar las instalaciones, las cuales pasan a un segundo plano ubicándose en las cubiertas.


Los bloques de pisos se conectan entre sí por una red de pasarelas elevadas siguiendo la idea de "calles en el cielo", mediante las cuales se separa el acceso peatonal de las vías de acceso vehicular, ubicadas al frente de los bloques en el nivel del suelo. Estos bloques de hormigón prefabricado con paneles de colores fueron formados por tres tipos de viviendas: a nivel de planta baja y primera, viviendas dúplex de 3-5 dormitorios con ocupación para 5-6 personas; en el segundo y tercer nivel, viviendas más pequeñas, para 4-5 personas, también dúplex, situadas en las cubiertas de acceso de peatones elevados, y en la planta cuarta, a la que se accede por núcleo de escalera, se desarrollan áticos en una sola planta. Los frentes de los bloques incluyen estacionamientos de automóviles, junto con una serie de escaleras que dan acceso a las plantas superiores. Las características de diseño más notables en las fachadas de los bloques fueron las grandes ventanas circulares y paneles de plástico, que se referían a los frentes de los dúplex de nivel superior. La parte trasera de los bloques, que generalmente encierra las plazas ajardinadas y también incluye grandes ventanas redondas, tenía jardines privados en la planta baja, junto con balcones en los dúplex de nivel superior y áticos.
 

La inspiración para el diseño de la disposición de la finca eran las plazas georgianas de las ciudades de Bath y Edimburgo, mientras que las grande ventanas redondas estaban diseñadas por James Stirling para reflejar las raíces marítimas de los habitantes previstos de la finca.





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